gran era amor

viernes, 7 de agosto de 2020

El Gran Poder de la Oración. Nueva Publicación de Damián Alvarez

El Gran Poder de la Oración. Una Obra de Damián Alvarez

Muchas personas dicen que las energías sanadoras son inteligentes, que Dios sabe lo que tenemos que sanar, curar, lo que necesitamos por el momento, etc., pero, aunque Jesucristo decía que Dios sabía de nuestras necesidades antes de que se las comunicáramos, también dijo que le pidiéramos a Dios lo que necesitásemos, que si le pedíamos un pan no nos iba a dar una piedra.

La oración, en el contexto al que nos referimos, no tiene nada que ver con religiosidad alguna, sino con lógica. Siempre se debe de hacer una oración antes de comenzar cualquier trabajo con energías sanadoras, y no solo para ir a buscar, conectarnos, a la "Fuente Energética", sino también, para darle instrucciones específicas a las energías de sanación, así hagan el trabajo que queremos que desempeñen.

Forma la oración, cada día a tu antojo, según necesites por el momento. Pídele siempre a Dios, y así sabrás siempre de dónde proceden las energías, que naturaleza tienen (divinas), y para quien estás trabajando. Luego da instrucciones a las energías, y al final de la oración no te olvides de pedir protección. Así tienes la oración bien formada. Son tres pasos: A quien le pides, lo que pides y la protección.

La oración la harás para aplicarte sanación por imposición de manos, para enviarte o enviar sanación a distancia, antes de hacer meditaciones de sanación, redes de luz, etc.

Recuerda también que, aunque la energía siempre sigue el pensamiento, lo hace con el poder de la fe. La fe es la fuerza, así sea positiva o negativa, que pones tras tus pensamientos, sentimientos, emociones y acciones. Se puede sanar todo en la vida si se lo pides a Dios, y solo a Dios ...

... Entonces Satanás le dice a Jesucristo: "Hazme una reverencia de adoración y te daré todos los reinos de la Tierra". Jesucristo le contestó: "Solo a tu Dios alabarás, que Dios puede crear hijos suyos hasta de las piedras". En esta tentación nos damos cuenta de todo lo que nos puede ofrecer el "maligno" para hacer que nos desviemos del "camino correcto", nos alejemos de nuestro Padre y de nosotros mismos: Poder, gloria, riquezas, etc.  No te confundas: ¿De qué te vale ganarte el mundo si te pierdes a ti mismo", también decía Jesucristo. Pídele siempre al único y gran Dios, creador de los cielos y la Tierra, que es tu sustento y tu todo. No te equivocarás.

Damián Alvarez





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